Otro rincón del té

Los apasionados del té seguro que ya habéis oído hablar del archiconocido Tea Room de Santa Engracia, una tetería genuínamente inglesa que suele estar bastante llena y en la que te sientes como dentro de una seta de los pitufos no por lo recargado de su ambiente (que también) sino por lo diminutas que son las sillas y mesas. Si estáis por la zona y preferís un lugar más relajado y minimalista para tomaros un té os recomendamos subir un poco por la misma calle, en la acera opuesta encontraréis Cármine, un remanso de paz con una calidad-precio más que adecuada.

Cármine es un local amplio, de grandes ventanales, inundado de luz y con una decoración bastante sobria y relajante. Sus mesas y sillas forjadas recuperadas de otras épocas no dan la sensación de haber entrado en una casa polvorienta del siglo XIX como suele ocurrir en esta clase de sitios, sino que ilustran más bien el concepto de una reutilización elegante. Ahora en verano merece la pena descansar en una de sus mesas junto a la ventana disfrutando de la tranquilidad de observar las calles de Chamberí vacías de coches y tomarse uno de sus tés fríos. El personal es muy amable y te ofrece una caja con una gran variedad de tés para que tú mismo elijas fiándote de tus sentidos. Aunque sea un buen lugar para disfrutar de una infusión, los dueños de Cármine son de origen argentino, por lo que no podían faltar en sus mostradores todo tipo de dulces y bollos para acompañarlo. Además, al no ser un salón de té en el estricto sentido de la expresión, puedes tomarte un café o cualquier otro tipo de bebida sin miedo a que te miren como a un bicho raro.
Sin duda un sitio recomendable este verano, por su ubicación, decoración y la amabilidad de su personal.

Cármine
Santa Engracia 37, Madrid.
Metro Iglesia (Línea 1) y Alonso Martínez (Líneas 4, 5 y10)
Fotos: Colorsandía

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