Cuando mamá vea cómo te has puesto el traje, Miquel…
Con motivo de la exposición dedicada al artista Miquel Barceló, un elefante haciendo malabarismos guarda las puertas del Caixaforum madrid y un vídeo en reproducción contínua preside el hall. Que al público infantil le haga gracia el elefante no es nada sorprendente. Sin embargo sus reacciones ante el vídeo sí que nos han llamado la atención.
Paso Doble, la obra conjunta del artista Miquel Barceló, considerado por unos un genio y por otros un farsante (véase la polémica que causó su cúpula para la sede de la ONU), y del coreógrafo Josef Nadj que se proyecta en Caixaforum, es un proyecto experimental donde los protagonistas crean una obra de arte original en tiempo real para acabar fundiéndose con la misma. Ambos de traje y ayudandose del barro y la pintura, como materiales, y de los punzones y palos, como herramientas, van creando relieves sobre una base montada en una malla metálica.
Desde el punto de vista del adulto el visionado va desde el interés y la empatía hasta el aburrimiento y el sueño. Sin embargo, la reacción de los niños (que pudimos comprobar hace un par de semanas cuando coincidimos con un grupo bastante amplio que estaba esperando a entrar en un taller infantil) no es solo homogénea sino incluso apasionada. Quizá porque «los niños no tienen prejuicios», quizá porque el ver a dos personas manchándose el traje de pintura y jugando a clavar palos en un enorme lienzo de barro les resulte más familiar que a los que hemos dejado atrás la infancia casi del todo.
Sea como sea es impresionante ver los pequeños de 4 o 5 años abrir los ojos como platos y poner atención desorbitada ante una representación artística con la que la mayoría de los mayores nos acabamos durmiendo. Ver su cara de aprobación cuando les gustan las formas que van emergiendo y de decepción o incluso desesperación (una niña muy pequeña gritó «¡pero qué hacen!» cuando vio a los protagonistas hacer un agujero en la obra que, probablemente, ella no habría hecho) cuando el resultado no es el que les gustaría. Nosotros no tenemos ningún niño en la familia para poder preguntarle qué ve en Paso Doble, por qué le llama la atención, si él tiene el mismo objetivo cuando llega a casa con barro hasta las orejas. Pero si alguien lo tiene le recomendamos llevarle a ver esta exposición, alejándonos de los típicos conciertos de payasos o cuentacuentos infantiles en los que, muchas veces, se trata a los niños como si fueran tontos cuando, obviamente, entienden algunas cosas mucho mejor que nosotros. Y ya de paso pedidle que os haga una visita guiada.
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Los payasos también entretienen a los niños y aburren a los mayores (en la gran mayoría de los casos claro). Los niños… esos grandes utilizados como justificación de algunas obras de arte contemporáneo. Debe ser que Miquel Barceló creó esa performance dirigida a niños… Preguntémosle.