Aquarius alcanza la libertad

¿Os sentísteis identificados en aquel anuncio de la marca Coca Cola en la que decían haberse quedado de piedra cuando se dieron cuenta de que la gente pedía Aquarius en los bares cuando ellos lo habían lanzado como bebida para deportistas? Pues nosotros sí. No es que huyamos del ejercicio físico (y si lo hacemos es corriendo) sino que, como detractores de las burbujas, somos consumidores habituales de Aquarius, no por deporte sino por vicio. Y además de serlo del de toda la vida, hemos tenido la oportunidad de ser los primeros en probar el nuevo Aquarius libre. Porque con tanto refresco burbujeante en el mercado, ya era hora de que la gente sin gas pudiera beber también sin azúcar.

Personalmente no tenemos ningún problema con el azúcar. Pero hay mucha gente que sí, y que no podía beber Aquarius porque no tenía versión free. Y es que es cierto que cuando uno está haciendo deporte las bebidas isotónicas vienen bien, pero cuando uno tiene que hacer un descanso del teclado también quiere poder beber lo que su mente necesite para reponer fuerzas. Porque pensar a veces cansa mucho, y el que no lo sepa debería probarlo, por el bien de todos. En eso ha basado Aquarius el lanzamiento de su nueva versión sin azúcar, dirigiéndose a un target que no tiene que hacer un descanso por un partido sino por una dura jornada de tareas profesionales y domésticas. Detrás de un nombre y un eslógan que nos hacen asociarlo directamente a la libertad… al descanso a la despreocupación…

¿La presentación? Perfecta. Como no era menos viniendo de la marca con más experiencia publicitaria del mundo. Las latas venían en un packaging blanco mate de acabado perfecto y suavísimo que se abre como una flor al quitar la tapa y deja ver dos cubos de metacrilato transparentes, con dos latas de Aquarius libre (naranja y normal) y un cubo de Rubik asimétrico con efecto espejo. Sí. Asimétrico. Parecía imposible pero ahí lo tenéis. Precioso y a la vez terrible, porque uno sabe deshacerlo pero dudo que nadie sepa nunca volverlo convertir en cubo,así que acabas teniendo una especie de cristal de cuarzo artificial. Mucho más bonito de lo que era al principio y a la vez más natural. Es como si el propio cubo se liberara de las apariencias y mostrar su verdadero yo. El cubo de Rubik que tan relacionado está con el intelecto. «Libera tu mente», al menos para mi gusto, se logra la materialización de ese concepto.

¿El sabor? Quizá seamos demasiado puristas, pero nos gusta más el Aquarius de siempre. El inimitable. Al igual que al Nestea sin azucar le notamos un sabor demasiado dulce. Pero, para los aficionados que se quieran cuidar o no puedan tomar azúcar por razones de salud, es una opción imprescindible.

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1 respuesta

  1. conchi dice:

    qué cubo más chulooooo….

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