Arco: la feria prohibida para nuestros bolsillos

ArcoMadrid es una feria contradictoria. ¿Hasta qué punto el arte es un producto de mercado? ¿A partir de qué precio deja de ser arte para convertirse en inversión? ¿Acaso solo se puede considerar arte a aquel que tiene un altísimo precio? No vamos a daros una respuesta a eso. Es una una polémica en la que no vamos a atrevernos a entrar más allá de dejar formulada la pregunta. Donde sí entramos fue en Arco 2012. Hubo cosas que nos gustaron y cosas que no. Como de costumbre vamos a contaros solo las primeras. Porque para lo demás, ya están el resto de medios de comuncación.

La verdad es que la crónica que hacían nuestros compañeros (los que sí viven de esto) era bastante poco atractiva. Lo que más interesaba en Arco eran obras directamente basadas en el figura de Franco. Muchas ganas de verlo no nos estaban entrando, la verdad. Y si tenemos en cuenta que el precio de la feria (40€ la entrada) era una garantía de que solo los posibles compradores accedieran a la feria, aún menos. Afortunadamente esto de pasarse unas cuantas horas a la semana delante del ordenador tiene alguna ventaja y recibimos una invitación de Coca Cola Light por medio de Bloguzz para visitar Arco, lo que nos permitió juzgar la feria con nuestra propia cámara.

No sabemos si fue porque el guía evitó esa zona o porque había proyectos que llamaban bastante más nuestra atención, pero el caso es que nuestra mirada no se cruzó con las obras que habían llenado las noticias y sí con otras que nos gustaron más. Entre ellas los diminutos personajes de las obras de Juan Genovés. Sus lienzos se caracterizan por su relieve y sus vistas aéreas sobre paisajes minimalistas en los que solo la figura humana queda claramente representada. Del ser humano también «nos habla» Abel Barroso. Aunque sin representar su figura pero sí su influencia sobre la naturaleza y su manipulación de los elementos. Sus esculturas en madera y metacrilato, de marcado estilo infantil, parecen juguetes que representan la manera en que nosotros mismos jugamos con nuestro entorno. También la madera y la manipulación humana son las protagonistas de uno de los objetos más llamativos de Arco: el árbol marioneta de Isaque Pinheiro. Sin duda este es una y otra vez el «leit motiv» de Arco: la denuncia contra la supremacía del hombre contra la naturaleza y la aún mayor contradicción de Arco. Porque… ¿puede alguien que vende sus obras por un precio desorbitado a especuladores del arte, reivindicar un mundo menos manipulado sin desprestigiar su propia obra?

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