Plan con niños. Mercado ecológico de productores + menú del día en el Galileo
Desde el momento en que empiezan a andar, a correr a escaparse y a darse cuenta de que se aburren con lo que tú haces no solo es difícil pensar en un plan con niños para un día libre sino que hacer las tareas diarias también empieza a ser complicado. Por eso hoy os traemos un plan en el que hemos juntado varias cosas que nos gustan y necesitamos con una hacerlas en zonas seguras y divertidas para ellos: hacer la compra, tomarnos algo, comer en una terraza y además barato… ¿se puede pedir más?
Vamos a darnos una vuelta por Chamberí, que no es nuestro barrio pero nos pilla al lado. Los vecinos de Chamberí tienen la suerte de contar con aceras anchas y grandes árboles en calles no muy transitadas ni turísticas por donde los coches no cogen mucha velocidad. Las mejores para dejar a los niños ir a pie sin tener el corazón en un puño todo el rato. Además cuenta con un renovadísimo mercado de abastos: el Mercado de Vallehermoso, del que hace no demasiado tiempo nos hacíamos eco de su lamentable estado. Y no sé a los vuestros pero a nuestro hijo le encanta el mercado tradicional. Corretea entre los puestos, le llaman la atención los colores de las fruterías y el hielo de las pescaderías… Lo que convierte cualquier mercado en un buen plan con niños.
Una de las iniciativas que ha dado lugar a la renovación del Mercado de Vallehermoso es la instalación de uno de los primeros mercados estables de productores en Madrid. A diferencia del Mercado de Productores de Matadero, del que ya os hemos hablado, el de Vallehermoso cuenta con un pasillo que recorre su perímetro y que está abierto durante toda la semana y no solo ciertos días.
Gracias a esto se ha convertido en una simbiosis perfecta entre mercado tradicional, de productos locales, ecológico, y donde poder tomarnos algo o comer (tipo Mercado de San Miguel). Además la zona de productores le ha dado al mercado tradicional la accesibilidad que le faltaba, de forma que no solo se puede entrar con carro (tanto de la compra como de bebé) sin problemas sino que tiene una gran rampa que a los niños les chifla. Eso sí: no tiene cambiador de bebés, aunque los baños cuentan con sitio de sobra y dada la afluencia de papás recientes seguro que no tardan en instalarlo.
Entre sus nuevos puestos podemos encontrar: carne, embutidos y quesos elaborados con ganado de la Sierra de Guadarrama, ahumados, huevos ecológicos, vinos de la zona, fruta y verdura, chocolate o café. Además de llenarnos la nevera en todos nos ofrecen degustaciones de sus productos y podemos sentarnos a tomar unas tapas en sus dos zonas de mesas. Además ¿qué mejor forma de abrir el apetito de los niños que viendo los alimentos tal cual vienen de la tierra y pudiendo aprender cómo se elaboran?
Pero los niños se cansan y, aunque el mercado cuenta con algunos restaurantes en su parte alta, sabemos que quedarnos a comer es para ellos estar demasiado tiempo en el mismo sitio. No importa porque si hace buen tiempo vamos a equilibrar lo que nos hemos gastado en el mercado con un colofón de plan barato. En la vecina calle de Galileo contamos con un Centro Cultural de lo más completo. Además de pasarnos a ver alguna exposición temporal o disfrutar de cualquier otra de sus actividades (muchas de ellas gratuitas) lo que nos gusta de este centro es que cuenta con un amplio patio central con restaurante y terraza que además da a un parque con columpios. Perfecto para nuestro plan con niños.
Este precioso edificio de ladrillo visto que parece hermano pequeño del de Conde Duque, albergaba antiguamente una funeraria de las de antaño con coches de caballos. Si bien podría haber resultado un lugar terrorífico, resultaba todo lo contrario: mi madre la recuerda como un destino habitual cuando jugaba con otros niños a colarse en su patio para poder ver a los animales cuyos establos estaban en el patio. Hoy sigue siendo un lugar tranquilo y seguro donde los niños pueden jugar o andar en bici mientras comemos en su terraza un menú imposible de mejorar tanto en ambiente como en precio (9 euros incluso los sábados).
Después de tanto sitio para correr jugar y descubrir cosas nuevas, con un poco de suerte compensan con una buena siesta y ese ya es el colofón perfecto para un plan con niños.
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Es que Chamberí mola mucho
Chamberí es muy buen barrio para vivir con niños desde luego. Pero, todo hay que decirlo, un tanto pijo también es Por eso vivimos en Tetuán pero pegaditos a Chamberí. Para estar en equilibrio.