Calzado de verano para niños ¿Cuál es la mejor opción?
¡Llegó el verano! Se acaba el cole y muchos hacen ya las maletas para ir de vacaciones, al campamento o a la casa de la playa. Pero según vas a meter en la mochila de tus hijos el calzado de verano te das cuenta de que durante el duro invierno se les ha quedado pequeño. Y vuelve la pregunta de todos los años. ¿Qué zapatillas de verano les compro?¿Cuál es el mejor calzado de verano para niños? Hoy hacemos un repaso por todas las opciones para la decisión sea fácil y rápida.
Calzado de verano para niños. ¿Valen todas las opciones para todas las situaciones?
Este dilema era el que compartía con vosotras en Instagram la semana pasada. Y muchas me dijisteis que vuestros hijos se pasaban el verano con las cangrejeras o los escarpines puestos cual pececillos fuera del agua. Pero las zapatillas de agua se supone que cumplen la función de aguantar estando continuamente mojadas, por lo que serían más adecuadas si pasamos mucho tiempo en la playa o la piscina pero no si hacemos turismo de interior. ¿Qué opciones tenemos?
Chanclas de dedo o de banda
Las chanclas típicas para piscina de toda la vida también están disponibles para niños, pero no por eso son lo más adecuado. Si ya siendo adultos nos hemos pegado algún buen tropezón por usarlas, un niño con chancla de dedo tiene todas las papeletas para enganchar la parte delantera con el suelo a la primera de cambio y que tengamos que hacer uso de un seguro para niños o salir corriendo al hospital. Especialmente, teniendo en cuenta que si la caída es en la piscina o la playa el riesgo de ahogamiento puede aumentar. Especialmente en el caso de niños pequeños que no saben andar ni por su puesto nadar bien aún. Existen algunas con una banda elástica que pasa por detrás del talón para evitar que las pierdan tan fácilmente, pero siguen pareciéndome peligrosas.
Cangrejeras clásicas
Las cangrejeras de toda la vida son la típica sandalia romana infantil pero en versión plástico. Durante nuestra infancia era la mejor y la única opción para poner los pies en lechos de piedras en el río o la playa sin hacernos daño. Ahora vuelven a estar de moda y hay modelos muy coloridos. La única diferencia radica en que los nuevos modelos eliminan la hebilla metálica para cambiarla por un cierre plástico o velcro que evita pinchazos y enganchones y es más fácil de usar para los niños. Hasta aquí todo perfecto. Pero no es un calzado de verano infantil que me gustaría que mi hijo llevara puesto muchas horas. El llevar el pie directamente en contacto con el plástico de las suelas puede generar rozaduras y ampollas. Por tanto mejor cambiárselas una vez estén fuera del agua.
Escarpines ¿son el mejor calzado de verano para niños?
Tanto par niños como para adultos, los escarpines es el calzado veraniego más de moda desde hace unos años. Se trata de un zapato cerrado de neopreno con una suela antideslizante de goma o plástico que se ponen como un calcetín y se ajustan al empeine con una goma. Son fáciles de poner, resistentes a las profundidades marinas, cómodos para nadar y seguros para caminar sobre las piedras. Perfectos para un día de playa o río en el que los niños lo mismo están en el agua que buscando cangrejos en zonas resbaladizas. Sin embargo no son lo más adecuado para caminar. Con mucho calor, los pies sudan al ser un zapato muy cerrado y sin ventilación y pueden generar rozaduras y ampollas. Además sus suelas se desgastarían muy rápido y perderían el relieve antideslizante.
Sandalias de trecking abiertas. Fresquitas y ¿seguras?
Otra de las opciones más populares y versátiles para calzar a los niños en verano son este tipo de sandalias que podemos encontrar en cualquier tienda de deportes. Tanto para niños como para adultos tienen una buena suela antideslizante similar a la de una deportiva de trecking pero en vez de ir cubiertas se enganchan y adaptan muy bien al pie con varias cintas ajustables con velero en dos o tres puntos (dedos, empeine y talón). Suelen ser por completo de goma por lo que se pueden usar sin problemas y se secan al aire. Su suela las hace aptas para usar a diario por campo o por ciudad y no necesitamos cambiarlas si encontramos un riachuelo en el que meter los pies o nos mojan en una Olimpiada de juegos de agua.
¿Cuál es su inconveniente? Pues muy pocos. Pero para mí el principal es que si no están muy bien ajustadas y el niño no levanta bien las puntas de los pies pueda engancharse con el suelo y caerse. Por otro lado al ser completamente abiertas se llenan de arena en cuanto caminan por la playa o por caminos de tierra y esto puede causar rozaduras o que tengamos que estar parando a vaciarlas continuamente.
Sandalias trecking cerradas. A prueba de arena
Una de las mejores opciones disponible solo desde hace unos años, son las sandalias con suela de trecking pero que tienen la parte delantera (a veces también el talón) cerrada. De esta forma las puntas de los dedos no corren peligro, es difícil que los niños se enganchen y la cantidad de arena que entra en las sandalias se reduce considerablemente. Sin embargo seguimos manteniendo la suela antideslizante y la ventilación de unas sandalias de trecking al uso. El ajuste suele ser muy bueno en dos o tres puntos con velcros, fáciles de poner y quitar para mantener la autonomía de los peques. Este tipo de sandalias suelen tener modelos con plantilla de goma, aptas para el agua. Pero también existen con plantilla de piel. A la hora de elegir tenemos que tener en cuenta si las queremos para caminar en seco (en ese caso la plantilla de piel será mucho más cómoda y vitará que el pie sude generando ampollas o mal olor) o si las vamos a mojar muy a menudo (algo que dañaría la plantilla por pudrición o endurecimiento). Para mi gusto esta es la mejor opción si la compatibilizamos con unos escarpines que no pesan ni abultan y podemos llevarlos en la mochila si los niños van a mojarse mucho.
Sandalias de piel de toda la vida. El calzado de verano tradicional
Aunque no nos planteemos que los peques se vayan a meter en el agua también debemos ponerles sandalias en verano. Así el pie estará fresquito y aireado. Pero también es importante tener en cuenta lo que compramos. Que no entre tierra con facilidad, que no hagan rozaduras (a no ser que queramos llevarles con calcetines en plan guiri), que no se suelten del pie fácilmente ni se enganchen para evitar caídas (por ejemplo uno de los calzados infantiles de verano más de moda pero que más incómodo resulta por su facilidad para desprenderse del talón son las sandalias menorquinas. Por suerte algunas marcas han puesto velcros de ajuste).
Qué tener en cuenta siempre al comprar calzado infantil
Entre todas estas opciones tenemos mucho para elegir la que mejor se adapte a la vida de nuestros hijos en vacaciones. Teniendo en cuenta dónde pasan más tiempo, si las van a mojar mucho o a dar largas caminatas, podemos ir descartando las que no nos vayan bien. Pero a la hora de elegir modelo, tenemos que tener en cuenta los puntos básicos para todo tipo de calzado infantil que nos da siempre los podólogos (en especial Neus Moya que es una crack, si no la conocéis id a buscarla a instagram): Comprobar que la suela es lo suficientemente flexible en la zona de los metatarsianos, que no levante el talón, que lleve sistema de ajuste para adaptarla al tamaño de cada pie, y que el niño esté cómodo y camine bien con ellas. Recordad que las sandalias con luces o ruedas (sí, también las hay en versión sandalia) no hacen bien a los pies de nuestros hijos y no se pueden mojar. Y que heredar calzado puede generar malformaciones de las que nos arrepintamos en el futuro y salirnos mucho más caro de lo que parece.
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